Psycho, la obra de Van Sant, es considerado uno de los remakes más innecesarios de la historia, ¿por qué Van Sant se empeñó en pasar a color la obra de su gran maestro? Quizá fuera por eso, por pasarlo a color e intentar mostrar como quedaría. Pese a el gran cambio que supuso el uso de color en este clásico, vemos que la esencia de Alfred Hitchcock permanece prácticamente intacta, bien se con los juegos con la luz o con el uso de los diferentes tonos.
Protagonistas en el espejo |
Estas variaciones de color no solo afectan a la protagonista,
sino también a los decorados y luces utilizadas. Mientras que en un principio
se nos muestran tonos claros y colores pastel, sobre todo en la secuencia de la
oficina, para transformarse en colores más fuertes y oscuros una vez cometido
el delito. Cabe destacar un detalle que puede pasar desapercibido. Si nos
fijamos vemos que en un primer momento la protagonista guarda el dinero robado
en un pequeño bolso blanco, pero una vez se pasa a la escena de la habitación,
vemos que el dinero pasa a un bolso de un tono más oscuro, como indicando que
ese dinero ya no es tan inocente como en el momento que se entregó.
Pero si algo destaca es el uso de los espejos. Durante la
primera secuencia, vemos como en numerosos planos ambos protagonistas aparecen
reflejados en numerosas ocasiones, siempre ella por debajo de él, un claro
guiño a la misoginia que siempre ha mostrado Hitchcock en sus películas. Este
espejo puede representar el amor idealizado que siente la protagonista hacia su
amado, algo no real, un reflejo de lo que a ella le gustaría que fuera y no es.
Para concluir, un detalle curioso de la película es que, al
igual que hacia Hitchcock en las suyas, Van Sant también aparece en el film.
Cuando la protagonista entra en la oficina, vemos en la parte derecha a dos
hombres hablando amigablemente, uno de ellos es Van Sant y el otro, mantiene un
cierto parecido con el cineasta Alfred Hitchcock.
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