Kinépolis, que en griego significa «Ciudad del Cine», es una empresa belga dedicada, principalmente, a
la exhibición de películas en sus establecimientos repartidos por varios países
europeos, entre ellos España. Pero, ¿se estará quedando sin habitantes esta polis?
Este negocio comenzó en 1960 como un
pequeño cine en Harelbeke, una ciudad de Bélgica, donde acudían vecinos para
ver las películas de entonces. Sin embargo, la empresa creció y dejó de ser un
pequeño cine de barrio para pasar a ser la empresa más importante de su sector,
contando con 22 complejos por Europa y, así, aumentando el número de vecinos
exponencialmente. Como ella, también han ido creciendo sus precios: la entrada
normal cuesta ahora 9,90€, la
entrada reducida (carnet joven o universitario, niños, minusválidos y mayores
de 65) 8,50€, y la del día del espectador 8,30€. En menos de un año, con la
subida del IVA, las entradas han aumentado en más de un euro cada una.
Datos de este último año 2012 muestran
que en España, Kinépolis ha perdido 300.000 espectadores. ¿A qué se debe? ¿Se
deberá a esta gran subida de sus precios? Quizás, los españoles no estamos
dispuestos a pagar tal suma para ver una película. Para poder solventar esta
duda, he buscado diferentes respuestas e hipótesis, tanto de los espectadores
como de los trabajadores de esta gran empresa. Manu Claessens, el Director General de Kinépolis en España, se explica diciendo:
“Para nosotros,
una de las causas principales de la bajada de espectadores en España es el escaso éxito del producto local. Hay
gente que le gusta el cine español, pero últimamente no encuentra la película
que busca. En otros países, gracias a una producción nacional que ha sabido
conectar con el público, lo tienen más o menos controlado (...) Nuestro reto
más importante es la lucha contra la
piratería y el efecto que tiene la piratería que es la creciente percepción
de gratuidad del producto de cine. La gente ya no estará dispuesta para pagar
dinero para ver cine…Otro reto que tenemos nosotros es una percepción negativa
de la relación calidad – precio. Tenemos que ser honestos: hay mucha gente que
percibe el acto de ir al cine como una cosa cara y es nuestro objetivo el
cambiar esa percepción porque pensamos que es una percepción, no una realidad.” Manu Claessens, en la revista online TMV-
Revista digital para profesionales.
Es decir, considera que la causa
principal del descenso del número de espectadores es la falta de un buen cine
español, y deja en segundo lugar el coste de las entradas y la piratería. Podríamos aceptar su primera premisa como
cierta, nuestro cine local quizás no resulta tan triunfante como querríamos;
pero, ¿esa es la causa principal de la bajada de espectadores? Para contestar
esto, qué mejor que un espectador. Carlos Redondo, me ha proporcionado su
opinión personal tras realizarle, mediante una red social, la pregunta ¿A qué crees que se debe que la gente ya no
vaya tanto al cine?:
“Siempre he sido más de cine que de películas online. Ya no solo por la
calidad en los gráficos, sino que también por las sensaciones que los cines
despiertan; ese sonido envolvente, esas mismas sensaciones compartidas con toda
la gente de una misma sala; por supuesto, esas palomitas de máquina (que nunca
falten), la compañía, el tener un plan fuera de casa... y en último lugar,
también es una manera de reconocer el trabajo de los actores, directores y
productores. Por desgracia, en los últimos años, debido al excesivo precio de las entradas he optado por la solución menos
cara, es decir, ver las películas a través de la red.” Carlos Redondo, vía Facebook a 1
de marzo de 2013.
Podemos ver que ni siquiera nombra las
películas españolas, sino el encarecimiento del cine. Además, tras leer
comentarios dentro de foros en la web he podido observar que casi todos tenían
una opinión parecida a la anterior. Con la subida del IVA en estas actividades
culturales, del 8% al 21%, las entradas se han encarecido de tal forma que hace
casi imposible que las personas con un sueldo medio se puedan permitir una
actividad como ir al cine.
Kinépolis
ha declarado que no va a bajar el precio; ha decidido que prefiere acoger a
menos clientes, pero que éstos vayan a “disfrutar” al 100% de lo que ofrece:
que vean la película pero que, además, la vean mientras consumen sus productos.
Y es que el caso de las palomitas, chucherías y demás snacks que se vende en estos cines es digno de estudio; se venden a
un precio cinco veces superior al que podemos encontrar en cualquier otra
tienda (según la FACUA), y el 85% de lo obtenido por sus ventas es beneficio
puro. Gracias a esto, y no tanto al cine en sí, Kinépolis consigue sus
ganancias.
Y
para concluir dejo como reflexión, ¿no sería lo más correcto que el cine fuera
una opción alcanzable para todos? Quizás Kinépolis está más interesada en
aumentar sus beneficios económicos que en ofrecer lo que ofrecía en 1960: películas
para todos sus vecinos. Y esto podría hacerlo compaginándolo con sus ansias de
ganar dinero, porque, por ejemplo, por
apenas 20 euros al mes importantes cadenas como UGC, Gaumont Pathé y Cinema
World dejan vía libre a las salas a los portadores de su tarjeta
corporativa.
Así consiguen no sólo que
vaya más gente al cine y crear este hábito, sino que acudan a ver películas en
las que, sin entrar en razones, de otra manera no entrarían en sus planes. Pero
sobre todo, y ahí está la clave de la estrategia comercial, estas cadenas consiguen
así aumentar el ratio de personas dispuestas a gastarse el dinero en el bar
para obtener un rendimiento óptimo de la sala.
El Iva cultural ha perjudicado seriamente a todos los sectores implicados en el saber , la cultura y el conocimiento de este país. A la postre, genera y va a generar en los tiempos venideros un empobrecimiento aún más perjudicial que el económico, el del pensamiento, la capacidad crítica, y el conocimiento de los grandes artistas (músicos, poetas, pintores, etc..) No interesa un pueblo culto, ni crítico, ni educado artísticamente, porque si así fuera no habría justificación posible para la permanencia en el poder de la mediocridad y la ignorancia.
ResponderEliminarSeguiré tu blog. Muy interesante.
Pues sí, la política de Kinepolis tanto en Madrid, Paterna como en Granada ha sido siempre la misma. Prefieren tener menos clientes de mayor poder adquisitivo que prole sin dinero (sólo hace falta mirar la evolución de sus precios y sus precios en sus tiendas). Y lo sé de muy buena tinta. Pero lo que el señor Manu C no ha dicho es por ejemplo:
ResponderEliminar1. El margen bruto de las palomitas que venden es del 90%. ¿Cuánto vale un cubo?
2. Las botellas de agua margen del 86%. Y así al infinito.
3. Ellos han recortado las plantillas un montón a cambio de seguir con sus precios elitistas.
Es decir, subo la entrada, subo las palomitas y despido trabajadores. En fin así gana pasta cualquiera. Pero lo que resulta cínico y casi ofensivo es escucharlo decir que ellos son los garantes de la cultura y que se desviven por ella. Ja!
La gente normal tiene 10€ en el bolsillo (como mucho), y prefiere ir a ese cine donde pueda disfrutar de una película y tomarse una palomitas.
Además que, ya no hay tanta diferencia entre calidades de proyección, las diferencias son tan pequeñas para el consumidor medio que la sensación o la experiencia cinematográfica es casi igual en casi todos estos cine megaplex.
Pero bueno en definitiva, animo al señor Manu C que siga por esa senda y que no tome ejemplo de sus colegas españoles y baje los precios. Esto es lo que pasa cuando la cultura cae en manos de fondos de inversión que hoy les da por el cine y mañana por plantar lechugas.
Desde hace tiempo estoy apreciando más las visitas al cine de toda la vida. Y sobre todo el cine bajo demanda (wuaki, etc) en casa y con buena compañía. Que las palomitas ya las pongo yo.
Te has ganado un seguidor de tu blog. Ánimo sigue asi.